El Transepto

A cada lado del transepto, dos series de cuatro vidrieras, algunas de las cuales conmemorativas, muestran feligreses cuyos retratos son sorprendentemente realistas.

Allí se ve lo siguiente:
1- Consagración al Sagrado Corazón por el Canónigo Lecornu
4- Lamamiento a los obispos de Francia para la reconstrucción de la Iglesia
5- La ofrenda de la Catedral
6- La virgen maría
8- La Natividad

Consagración al Sagrado Corazón por el Canónigo Lecornu

Esta vidriera del lado izquierdo del transepto ilustra un momento de la vida parroquial, la consagración de la Catedral de Fort-de-France al Sagrado Corazón de Jesús, por su párroco, el Padre Etienne Lecornu.

El final del siglo XIX estuvo marcado por una fuerte devoción al Sagrado Corazón de Jesús, en Francia, en sus colonias, pero también en muchos países de América Latina.

El padre Etienne Lecornu, quien llegó a Martinica en 1851, ejerció primero de profesor en el seminario menor, de vicario y, luego, párroco de Basse-Pointe. Se convirtió a continuación en párroco del Lamentin. Fue en julio de 1873 cuando fue nombrado párroco de Fort-de-France, cargo que ocupó durante 26 años, hasta 1899. Durante su largo ministerio, el Padre Lecornu dejó su huella en la vida religiosa de Fort-de-France. Da nombre a la calle que bordea el presbiterio de la catedral.

En primer plano, el prelado, con traje litúrgico, está arrodillado sobre un cojín rojo, al pie del altar de piedra decorado con una cruz y coronado por una estatua de Cristo. Tiene en su mano izquierda el acta de consagración de 1894. Detrás del sacerdote viene representado un monaguillo, vestido con un alba blanca y roja, llevando un cirio encendido. Una barrera los separa de los feligreses asistiendo a la celebración. La obra refleja la diversidad de la población de la Martinica de aquella época: mujeres negras con traje de ceremonia tradicional, indios, habitantes de origen europeo. Arriba de esta escena son visibles las iniciales S.L. – San Luis.

El llamamiento a los obispos de Francia a la solidaridad para la reconstrucción de la iglesia incendiada

El domingo 22 de junio de 1890, el gran incendio que asoló el centro de la ciudad de Fort-de-France mató a catorce personas, dejó casi ocho mil personas siniestradas y destruyó más de mil quinientas propiedades. La fábrica de la Pointe Simon, el hospicio, las oficinas de Correos y Telégrafos, los edificios de Aduanas y Contribuciones, así como la Catedral San Luis son unos de los grandes edificios de la ciudad reducidos a cenizas. Durante el siniestro, se quemaron la mayoría de los 10.000 libros ofrecidos por Victor Schoelcher a la Biblioteca Schoelcher, entonces en construcción, y temporalmente almacenados en una casa en la ciudad. Este importante acontecimiento devastador es evocado a través de la vidriera.

En primer plano, aparece el obispo de Martinica, Monseñor Julien François Pierre Carméné, vistiendo su hábito de ciudad de color malva y su cruz pectoral. Él es quien lanza este llamado a la solidaridad. A su lado, un monaguillo de rodillas lleva una cesta. Estos dos personajes se muestran en un ambiente de desolación: unos montones de piedras están esparcidos por el suelo a sus pies y, al fondo, las llamas que salen de un edificio recuerdan la terrible catástrofe. En la parte inferior de la ventana se lee la inscripción: “Llamado a los obispos para la reconstrucción de la iglesia incendiada (22 de junio de 1890)”.

Arriba de la escena, vienen inscritas las armas del obispo Mons. Carméné.

La ofrenda de la Catedral por Monseñor Pierre BOUYER

Este vitral representa a Monseñor Pierre Bouyer. Este clérigo nacido el 10 de abril de 1859 en Tonnay-Charente, en Francia, marcó la vida de la parroquia de la Catedral de Fort-de-France a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1882, partió para Martinica el 6 de enero de 1883. Después de un breve período como vicario en la parroquia de Robert y párroco de Grand-Rivière durante un año, se inclinó más por Fort-de-France. Fue su vicario hasta octubre de 1898. A continuación, aceptó el cargo de párroco de François hasta 1911. En 1912, el padre Bouyer fue nombrado vicario general de la diócesis y párroco de Fort-de-France. Siendo entonces párroco de la Catedral, y llevando ya 30 años en Martinica, Pierre Bouyer asumió la administración de la diócesis a la muerte del obispo en ejercicio, Monseñor Joseph-François Malleret, el 25 de junio de 1914, hasta el nombramiento del sucesor, Monseñor Paul Louis Joseph Lequien. A su jubilación, se instaló en Fort-de-France, en la calle San Luis (hoy Antoine Siger) que bordea la iglesia (N.E). El padre Bouyer murió en diciembre de 1931 en Francia; su cuerpo fue trasladado y enterrado en el cementerio de Fort-de-France.

La vidriera da testimonio de la dedicación del clérigo, en particular durante el periodo de la reconstrucción de la catedral. El Padre Bouyer se ve en primer plano, con sotana, mantilla morada y cruz de madera. Sostiene la miniatura de la Catedral de Fort-de-France. Al fondo: un paisaje de playa, mar y cocoteros y, más allá, la montaña, tantos elementos que recuerdan su apego a Martinica. Arriba de esta escena, el escudo de armas con el escudo ovalado, el blasón de fondo azul con una barca encima de la cual se ve a Cristo “Lucero del Alba”. En el estandarte allí colocado, se lee la expresiónSemper ad idem” [Siempre hacia el mismo objetivo]. En la parte inferior de la ventana, viene inscrita la frase: “En memoria de Mons. Bouyer, actor de la construcción de la Catedral de Fort-de-France”

En la esquina derecha del vitral, se lee una nota pequeña: GP Dagrant Bordeaux.

Tres vitrales más del transepto relatan escenas religiosas:

CRECHE2

La Natividad

SAINTE VIERGE

La Virgen María

SACRE COEUR

El Sagrado Corazón

Carine Trieste

carine.trieste@tourisme-centre.fr